Dentro del universo comercial siempre ha circulado «¿la fábula?» sobre la existencia de un extraordinario manuscrito que incluye las mejores recomendaciones y consejos para tener éxito en el Mundo de la Venta y que reúne las más acertadas reflexiones y experiencias de los Vendedores más brillantes de todas las épocas.
Un ejemplar único denominado “El Maestro de la Venta”.
Hace años en un “tour” formativo por toda Sudamérica tuve ocasión de conocer en el bar del hotel donde me hospedaba a Martín Salesman-Smith.
Un personaje peculiar. Ciego, de aspecto multirracial, edad difusa y acento indescriptible, aseguraba que había llegado a tener en sus manos el manuscrito durante su estancia en un monasterio de Eritrea, en los tiempos en que aprendía y practicaba la meditación trascendental. Y que no habiendo podido hacerse con él, lo había memorizado.
Ante mi incredulidad -siempre pensé que ese ejemplar no existía- me dedicó una sonrisa entre altiva y divertida y dirigiendo su rostro hacia mí, recitó de memoria lo que según él, era uno de sus capítulos (sic):
“ME SORPRENDE que determinadas formas de entender la Venta traten al CLIENTE como un rival y que se usen términos casi hostiles en el trato con el mismo, como vencer objeciones, llevártelo a tu terreno, atacarlo donde es más débil… etc.
Mis CLIENTES constituyen uno de los factores más importantes en mi vida.
En el plano material me han ayudado a pagar la educación de mis hijas, la adquisición de mi casa, los viajes, la atención médica, el ocio….. Aquello que adquirí a lo largo del tiempo.
Han contribuido de manera importantísima a mi bienestar y el de mi familia.
Y en el plano profesional me han mantenido siempre “vivo”, llevándome a atesorar más conocimientos, plantearme nuevas situaciones, distintos escenarios. Imaginar posibles alternativas para encontrar nuevas soluciones que ofrecerles. Permitirme descubrir territorios inexplorados, impulsándome a recorrerlos disfrutando a tope del reto, la aventura y el éxito compartido con ellos.
Me han estimulado a crecer como persona y como profesional.
Por eso siempre escribo, pienso y siento a cada CLIENTE con mayúsculas.”
Martín Salesman-Smith: cita de “El Maestro de la Venta”